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Mostrando las entradas de agosto, 2021

El coro numeroso de las vírgenes acrecienta el gozo de la madre Iglesia

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    El coro numeroso de las vírgenes acrecienta el gozo de la madre Iglesia San Cipriano, obispo y mártir Del Tratado sobre el comportamiento de las vírgenes (Núms 3-4.22.23: CSEL 3,189-190.202-204) Me dirijo ahora a las vírgenes con tanto mayor interés cuanta mayor es su dignidad. La virginidad como la flor del árbol de la Iglesia, la hermosura y el adorno de los dones del Espíritu, alegría, objeto de honra y alabanza, obra íntegra e incorrupta, imagen de Dios, reflejo de la santidad del Señor, porción la más ilustre del rebaño de Cristo. La madre Iglesia se alegra en las vírgenes, y por ellas florece su admirable fecundidad, y, cuanto más abundante es el número de las vírgenes, tanto más crece el gozo de la madre. A las vírgenes nos dirigimos, a ellas exhortamos, movidos más por el afecto que por la autoridad, y, conscientes de nuestra humildad y bajeza, no pretendemos reprochar sus faltas, sino velar por ellas por miedo de que el enemigo las manche. Porque no es inútil este

Lo débil de Dios es más fuerte que los hombres

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Lo débil de Dios es más fuerte que los hombres San Juan Crisóstomo, obispo De las homilías sobre la primera carta a los Corintios (Homilía 4,3.4: PG 61,34-36) El mensaje de la cruz, anunciado por unos hombres sin cultura, tuvo una virtud persuasiva que alcanzó a todo el orbe de la tierra; y se trataba de un mensaje que no se refería a cosas sin importancia, sino a Dios y a la verdadera religión, a una vida conforme al Evangelio y al futuro juicio, un mensaje que convirtió en sabios a unos hombres rudos e ignorantes. Ello nos demuestra que lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. ¿En qué sentido es más fuerte? En cuanto que invadió el orbe entero y sometió a todos los hombres, produciendo un efecto contrario al que pretendían todos aquellos que se esforzaban en extinguir el nombre del Crucificado, ya que hizo, en efecto, que este nombre obtuviera un mayor lustre y difusión. Ellos, por el contrario, desaparecieron y, aun du

La esperanza de la tierra nueva

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La esperanza de la tierra nueva Vaticano II Gaudium et spes 39 No conocemos ni el tiempo de la nueva tierra y de la nueva humanidad, ni el modo en que el universo se transformará. Se termina ciertamente la representación de este mundo, deformado por el pecado, pero sabemos que Dios prepara una nueva morada y una nueva tierra, en la que habita la justicia y cuya bienaventuranza llenará y sobrepasará todos los deseos de paz que brotan en el corazón del hombre. Entonces, vencida la muerte, los hijos de Dios resucitarán en Cristo, y lo que se había sembrado débil y corruptible se vestirá de incorrupción y, permaneciendo la caridad y sus frutos, toda la creación, que Dios creó por el hombre, se verá libre de la esclavitud de la vanidad. Aunque se nos advierta que de nada le vale al hombre ganar todo el mundo si se pierde a sí mismo, sin embargo, la esperanza de la tierra nueva no debe debilitar, al contrario, debe excitar la solicitud de perfeccionar esta tierra, en la que crece el

La voz de la Iglesia resuena dulcemente

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  La voz de la Iglesia resuena dulcemente San Pío X, papa De la constitución apostólica Divino afflatu (AAS 3 [1911], 633-635) Es un hecho demostrado que los salmos, compuestos por inspiración divina, cuya colección forma parte de las sagradas Escrituras, ya desde los orígenes de la Iglesia sirvieron admirablemente para fomentar la piedad de los fieles, que ofrecían  continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que confiesan su nombre,  y que además, por una costumbre heredada del antiguo Testamento, alcanzaron un lugar importante en la sagrada liturgia y en el Oficio divino. De ahí nació lo que san Basilio llama «la voz de la Iglesia», y la salmodia, calificada por nuestro antecesor Urbano octavo como «hija de la himnodia que se canta asiduamente ante el trono de Dios y del Cordero», y que, según el dicho de san Atanasio, enseña, sobre todo a las personas dedicadas al culto divino, «cómo hay que alabar a Dios y cuáles son las palabras más ad

Descubriendo a María

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  Virgen María María la madre de Jesús es una mujer bendita y favorecida de Dios, guarda un amor muy grande en su corazón por sus hijos, es madre, como toda madre ama profundamente, descubrí a la virgen por medio de una cantante católica, hermana Glenda, ella no es una diosa como algunos piensan, es la madre que nos sostiene en las profundas tristezas y las dificultades, y nada tiene que ver con el pecado, y no importa la denominación o iglesia cristiana en la que yo esté, es nuestra madre por igual. En el albúm “Orar con María”, la hermana Glenda en su canción “Guardabas en tu corazón” me hizo entender que esa mujer no es igual que cualquier mujer, o que es única, y que merece nuestra atención y respeto. Ella guardaba dentro de su corazón el tesoro de la fe, una mujer que guardaba en su corazón lo bueno, lo bello, lo santo, lo perfecto. Encuentro a tanta mujeres que buscan un patrón para llevar una mejor vida cristiana y en ocasiones no lo encuentran, es en estos casos que piens